Está difícil. Muy difícil para ser sinceros. Pero a decir verdad más complicado lo tenía el Liverpool en esa final de Instabul de 2005 frente a un sólido Milán que llevaba varias temporadas llegando a las rondas finales de la Champions League.
La primera parte fué horrorosa por parte del equipo inglés. El Milán fué efectivo y contundente. Se fueron al descanso con un 0-3 que, en condiciones normales, habría supuesto una segunda mitad plácida para el Milán.
Pero esto es la Champions. Esta misma temporada hemos visto como el F.C. Barcelona levantaba un 2-0 en San Siro con un partido sublime ( tal vez el mejor de los últimos años) en el Camp Nou ganando 4-0 y, unas semanas después, perder por el mismo resultado en el Allianz Arena. En la Champions no puedes dar nada por seguro ni al rival por muerto.
No digo que el Barça o el Madrid tengan posibilidades de remontar sus eliminatorias. Pero están obligados a creer que es posible. Y que mejor forma de creerlo que revisar este partido. Del 0-3 se pasó un 3-3, prórroga y penalties donde se consumó el milagro. Empataron el partido en 45 minutos. Los equipos españoles tienen 90 minutos para, como mínimo, empatar la eliminatoria.
La afición se merece que como mínimo lo intenten.
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